Un grupo de científicos uruguayos, en asociación con el Instituto
Pasteur de Montevideo, anunció el nacimiento de corderos
genéticamente modificados, los primeros en Latinoamérica y que tienen como
característica llamativa que son fluorescentes bajo luz ultravioleta.
La transgénesis en esta especie no estaba disponible en
Latinoamérica y este logro posiciona a Uruguay en el más alto nivel científico
internacional aseguraron la Fundación Instituto de Reproducción Animal
Uruguay (IRAUy) y el Instituto Pasteur.
Los antecedentes en la región son una vaca transgénica que produce
proteínas de origen humano en su leche, lograda en Argentina en 2011, y cabras
transgénicas en Brasil, que también producen una proteína de uso en humanos.
Los nueve corderos transgénicos uruguayos nacieron en octubre de 2012 en
el IRAUy, donde se desarrollan sin problemas y no se distinguen de sus pares no
transgénicos, dijo Alejo Menchaca, presidente del instituto.
En los últimos meses realizaron análisis y estudios moleculares y
genéticos para confirmar que los corderos efectivamente tenían el gen que
introdujeron los científicos en los embriones ovinos: un gen proveniente de la medusa Aequorea victoria que es el responsable de la producción de una proteína de color verde
fluorescente en dicha especie . Esta proteína se utiliza hace años como marcador y ellos la usaron en este caso para saber
fácilmente si los animales eran portadores de ese gen, comprobar el éxito de la
técnica.
El objetivo era probar una técnica novedosa de transgénesis, que según
el científico es más sencilla y eficiente que otras tradicionales. Menchaca indicó que es una técnica muy eficiente porque todos los que nacieron son positivos y que ya funcionando, se puede manejar otro gen de mayor interés, para producir una
proteína específica.
Las investigaciones en este campo apuntan a la posibilidad de tomar el
gen responsable de la producción de una proteína faltante en algunas patologías
humanas (por ejemplo la insulina en los diabéticos), incorporarlo al genoma de
un embrión de una oveja, que al nacer produciría esa sustancia en la leche. Eso
permitiría aislar esa proteína para elaborar medicamentos, de forma más sencilla
que en la actualidad, explicó el científico.
Los resultados de la investigación aún no fueron publicados en revistas
especializadas, algo que confían ocurra este año.
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