Es bien sabido que gran cantidad de especies, sobre todo marinas, generan luz, entre ellas, bacterias, hongos, gusanos, moluscos, crustáceos, insectos, equinodermos y peces.
Algunas algas también pueden hacerlo, como la Synechocystis PCC 6803, escogida por un grupo de estudiantes para crear Luxilla, una lámpara que funciona sin necesidad de electricidad y que emite luz sólo por la noche. La lámpara se recarga con la fotosíntesis natural de la planta, es decir, en el día recibe la luz solar y produce el sustrato necesario para brillar la noche siguiente.
Algunas algas también pueden hacerlo, como la Synechocystis PCC 6803, escogida por un grupo de estudiantes para crear Luxilla, una lámpara que funciona sin necesidad de electricidad y que emite luz sólo por la noche. La lámpara se recarga con la fotosíntesis natural de la planta, es decir, en el día recibe la luz solar y produce el sustrato necesario para brillar la noche siguiente.
El grupo liderado por Bernardo Pollak en Chile recolectó las algas desde un lago, y con el proyecto participaron en el mundial de Biología Sintética y hoy trabajan en desarrollar la producción para que el sistema sea autónomo, además de evaluar cuánta luz puede emitir el sistema para ver cómo optimizar y aumentar esa característica.
La bioluminiscencia depende de la producción de unas proteínas que generan la reacción química que produce luz (fotones) como subproducto. Genes fueron introducidos a las algas y acoplados a su propio ciclo circadiano, de manera que la bioluminiscencia se produzca sólo después del ocaso y la lámpara se prenda sola.
Como se trata de algas, sólo requieren luz para alimentarse, a diferencia de otros proyectos creados con anterioridad, donde se utilizaban bacterias que necesitaban metano para vivir. Otra característica que la diferencia es que no sólo está pensada como un prototipo o como pieza de diseño, sino que la imaginan incluso en pasillos y aceras.
La propuesta pretende generar iluminación pasiva para sectores que no requieren de alta luminosidad, aunque siempre cabe la posibilidad de que sea ornamental, dado que en sí la bioluminiscencia es un fenómeno visualmente llamativo e intrigante.