Como los insectos evolucionan para volverse resistentes a los insecticidas, la necesidad de desarrollar nuevas formas de controlar las plagas crece. Un equipo de científicos de Lovaina, Bélgica, han descubierto que el veneno de la anémona de mar alberga varias toxinas que prometen convertirse en una nueva generación de insecticidas que respeten el medio ambiente y evitar la resistencia a los insectos. Puesto que estas toxinas desactivan los canales iónicos que median el dolor y la inflamación, también podrían estimular el desarrollo de fármacos dirigida al dolor, trastornos cardíacos, epilepsia y trastornos convulsivos, y enfermedades inmunológicas tales como la esclerosis múltiple.
Jan Tytgat, Ph.D. del Laboratorio de Toxicología de la Universidad de Lovaina y sus colegas extrajeron veneno de la anémona de mar, Anthopleura elegantissima, y se purificaron tres toxinas principales presentes en el veneno. Las toxinas fueron caracterizadas en profundidad, utilizando técnicas bioquímicas y electrofisiológicas. Esto proporcionó profundizar en su estructura, rol funcional y mecanismos de acción. El descubrimiento de estas toxinas puede ser considerado similar al descubrimiento de un nuevo fármaco, ya que son compuestos que podrían conducir a nuevos insecticidas y posiblemente nuevos tratamientos para las enfermedades humanas.
Jan Tytgat, Ph.D. del Laboratorio de Toxicología de la Universidad de Lovaina y sus colegas extrajeron veneno de la anémona de mar, Anthopleura elegantissima, y se purificaron tres toxinas principales presentes en el veneno. Las toxinas fueron caracterizadas en profundidad, utilizando técnicas bioquímicas y electrofisiológicas. Esto proporcionó profundizar en su estructura, rol funcional y mecanismos de acción. El descubrimiento de estas toxinas puede ser considerado similar al descubrimiento de un nuevo fármaco, ya que son compuestos que podrían conducir a nuevos insecticidas y posiblemente nuevos tratamientos para las enfermedades humanas.
Debido a que estas toxinas están dirigidas a los canales de iones importantes presentes no sólo en células de insecto, constituyen la vanguardia de la nueva biotecnología que Jan Tytgat y su equipo quieren desarrollar.
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