Usar masas de vegetación como
centrales eléctricas es un proyecto en el que
ahora mismo está trabajando un equipo de la Universidad de Georgia en Athens,
Estados Unidos.
El Sol es la fuente más
abundante de energía en el planeta. Sin embargo, sólo una pequeña fracción de
la radiación solar que llega a la Tierra es convertida por la tecnología actual
en electricidad.
Para ayudar a cambiar esta
situación, el equipo de Ramaraja Ramasamy, de la citada universidad, estudió
los mecanismos de la naturaleza de nuestro mundo para aprovechar la energía
solar, y ha obtenido de ellos la inspiración necesaria para comenzar a
desarrollar una nueva tecnología que hace posible usar vegetales para generar
electricidad.
Las plantas son las campeonas
indiscutibles en el aprovechamiento de la energía solar. Tras millones de años
de evolución, la mayoría de ellas opera a casi el 100 por ciento de eficacia
cuántica, lo que significa que por cada fotón de la luz solar que captura la
planta, obtiene un número igual de electrones. Convertir incluso una fracción
de esto en electricidad mejoraría la eficiencia de los paneles solares, los
cuales generalmente operan en niveles de eficiencia de entre el 12 y el 17 por
ciento.
Durante la fotosíntesis, las
plantas usan la luz solar para dividir moléculas de agua en hidrógeno y
oxígeno, lo que produce electrones. Estos electrones recién liberados se
utilizan para ayudar a crear azúcares que las plantas emplean como alimento
para abastecer su crecimiento y reproducción.
El equipo de Ramasamy, ha desarrollado una forma de interrumpir la
fotosíntesis de tal modo que los electrones puedan ser capturados antes de que
la planta los utilice para formar esos azúcares.
La tecnología de Ramasamy se
basa en manipular las estructuras de la célula vegetal que son responsables de
capturar y almacenar energía de la luz solar. La manipulación apropiada de las
proteínas contenidas en dichas estructuras permite interrumpir el flujo natural
de los electrones.
Estas estructuras modificadas
son inmovilizadas en un conjunto especialmente diseñado de nanotubos de
carbono, estructuras cilíndricas de diámetro nanométrico. Los nanotubos actúan
como un conductor eléctrico, capturando los electrones desde la planta y
enviándolos a través de un cable.
En experimentos a pequeña
escala, este diseño originó niveles de corriente eléctrica que, a igualdad de
condiciones de alimentación de luz solar, son dos órdenes de magnitud mayores
que los conseguidos previamente en sistemas similares.
Ramasamy advierte que todavía
hay que realizar mucho más trabajo antes de que esta tecnología alcance la
comercialización, pero él y sus colaboradores ya están trabajando en mejorar la
estabilidad y la eficiencia de su dispositivo.
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