Una buena estrategia
contra la malaria podría ser "atacar en lugar de protegerse". Los investigadores y autores de un ensayo publicado en la revista Science han conseguido modificar a
los mosquitos que transmiten la enfermedad para hacerles resistentes al
parásito responsable del trastorno. Además, también han logrado que esa inmunidad se herede en varias
generaciones de los insectos, lo que podría ser fundamental para impedir
nuevos contagios en humanos.
La clave de esta nueva estrategia la tiene la bacteria Wolbachia, presente de
forma natural en otras especies de insectos. Un equipo dirigido por Zhiyong Xi,
de la Universidad de Michigan en Estados Unidos, inyectó la bacteria en ejemplares de
mosquitos Anopheles stephensi, la variedad responsable de la mayor parte de
los casos de malaria en el sureste asiático.
Su principal obstáculo era conseguir que la infección por Wolbachia
pasara de ser temporal a transmitirse
de generación en generación, pero los investigadores consiguieron dar
con una cepa -wAlbB- que era capaz de pasar de madres a hijos.
En el experimento, el equipo probó distintos niveles de infección
cruzando hembras portadoras con machos libres de la bacteria. Y en
absolutamente todos los casos, hasta ocho generaciones de insectos heredaban la protección contra el parásito.
En realidad, la bacteria Wolbachia actúa como si de una vacuna específica para los mosquitos se
tratase. Así, neutraliza al parásito tanto en el intestino, el lugar donde
madura, como en las glándulas salivares, desde donde llega a los humanos a
través de cada picotazo.
Aunque aún es pronto para sacar conclusiones definitivas, los autores de
este trabajo apuntan que la estrategia, que también se ha probado de forma
experimental contra enfermedades como el dengue, puede ser muy importante para el control de la malaria.
Una vez que la bacteria se inocula en una población de mosquitos, sólo
hay que dejar que la naturaleza siga su curso y los cruces entre ejemplares
transmitan la infección, lo que supondría un importante ahorro en costes e
infraestructuras.
Con todo, los especialistas reclaman cautela hasta que otras
investigaciones ratifiquen cada punto del trabajo. Una de las cosas vitales que
deberán dilucidar estos trabajos es si la especie Anopheles gambiae, la responsable de la mayor parte de las
infecciones en África, se comporta de la misma manera con respecto a la
bacteria y a su transmisión.
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