Un proyecto coordinado por el
Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL) y en el que participa el
laboratorio Inbiotec, persigue el abaratamiento de algunos medicamentos gracias
al tratamiento genético de las bacterias de las que se extraen sus principales
componentes.
En concreto, el proyecto
Biopac ha conseguido que la bacteria Streptomyces tsukubaensis aumente su
producción de tracrolimus, un componente empleado en la elaboración de
antibióticos y antitumorales.
Según ha explicado el
coordinador del proyecto, el doctor Javier Sedano, se trata de un proceso similar
al engorde de un pato para la obtención de paté. Así, de la misma manera que
este proceso permite que a los ánades les aumente el tamaño de su hígado, el
tratamiento de determinados genes de la citada bacteria favorece el incremento
de su producción de tacrolimus, lo que abarataría su coste y podría derivar en
un descenso también del precio de los medicamentos posteriores.
El proyecto, ya terminado, se
encuentra actualmente en fase de revisión y mejora del estudio. Este estudio
multidisciplinar ha constado de dos fases, la primera de las cuales se ha
basado en el cultivo de cepas de esta bacteria, mientras que la segunda ha
tenido por objeto el análisis y tratamiento de los datos, de cara a buscar los mejores genes y conocer cómo clasificarlos y asociarlos a una
salida para lograr el resultado óptimo.
En el proyecto, se han
estudiado 8.848 genes y se ha extraído una docena de muestras a lo largo de la
vida de la bacteria, para analizar las variaciones que éstos sufren a lo largo
del tiempo, y varias réplicas biológicas, lo que ha arrojado una cantidad
colosal de datos.
Con todos ellos, se ha tomado
la colección de genes más importantes; es decir, que más afectan a la
producción de tacrolimus, para lo cual se han configurado chips de ADN o
'microarrays' con los que se obtienen valores de expresión con los que luego se
trabaja.
Así se determinan perfiles de
expresión de genes que se comportan de la misma manera dentro de un grupo, a
fin de aislar los grupos que se comportan de una forma similar y que, en este
caso, hagan crecer el tacrolimus.
Una vez llegado a este punto,
el siguiente paso en la investigación fue buscar el grupo que más afecta a la
producción, al que se sometió a distintos procesos como radiaciones UVA y
cambios de temperatura o biológicos para analizar su impacto y concretar con
cuál de ellos se amplía la generación del producto por parte de estas
bacterias.
Como ha reiterado Sedano, el objetivo
final de todo esto es abaratar la fabricación de antibióticos o antitumorales,
ya que el estudio, limitado a la bacteria Streptomyces tsukubaensis, podría
ser reutilizable para otras bacterias. No obstante, por el momento no se ha
cuantificado el ahorro que podría suponer, ya que no se disponen de los datos
suficientes.
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